Foto: @Mario C. R.
Son bonitos los inicios porque todo une. Hasta la distancia. Comenzó con un par de blogs, unos cuentos y coincidencias musicales. ¿Hace falta algo más? Compartir un café y un libro. Y la unión ya puede ser a prueba de balas de plata. Porque las noches se comparten también: chupando la esencia de las hojas escritas, rellenando otras en blanco y soñando que el relleno es mejor que el del pavo de Navidad. Es lo que tiene la noche: hace posible cualquier sueño de vampiro escritor.
¿Qué es la amistad si no compartir?
Y en eso estamos Mario y yo.